Interpretaciones de "La casa tomada"

 Interpretaciones de “La casa tomada”

de Julio Cortazár

            En el cuento de “La casa tomada” cuenta como un acontecimiento imposible de explicar por las leyes del mundo real sucede: una entidad colectiva desconocida toma la parte del fondo de la casa, obligando al narrador protagonista a cerrar la puerta que aísla la parte delantera de la vivienda de la trasera. Luego, la escena se repite y los dueños se sienten obligados a abandonar la casa. Como todos sabemos la elipsis más grande es que no se sabe quién o qué tomó la casa, por lo que las personas sacaron a luz muchos puntos de vista diferentes sobre esto. Algunas de ellas son[1]:

A nivel socio-político:

Diversos estudiosos han interpretado el cuento como una “alegoría del peronismo” y relacionan la trama de la historia con el ascenso de las masas populares a través del primer peronismo. Los dueños de la casa serían las clases dirigentes y los ruidos amenazadores se ven como esa fuerza extraña que invadía a la oligarquía de Buenos Aires en su moral y tranquilidad.

Comparación con Adán y Eva:

Jaime Alazraki, en su libro En Busca del Unicornio: los cuentos de Julio Cortázar, nos presenta una interpretación diferente, señalando que la plácida vida de los hermanos en la casa (sin problemas, haciendo nada, casi sin necesidades) nos recuerda a la vida de Adán y Eva en el Jardín del Eden.

Según esta interpretación, la toma de la Casa-Edén es comparable al mandato de expulsión del Paraíso. Siguiendo este razonamiento, los hermanos, como Adán y Eva, aceptan la situación con resignación: “entonces…tendremos que vivir en este lado”.  Más tarde viene la expulsión definitiva, cuando son arrojados a la fría realidad de la vida del afuera, del común de las gentes.  Es así como la casa tomada se transforma en una metáfora del paraíso perdido.

Paraíso    ➖    Adán  y Eva     ➖     desobediencia    ➖   condena (expulsión del Paraíso).

Casa    ➖    Irene y el hermano    ➖    X (no hay desobediencia)  ➖  condena (expulsión de la casa).

Expresiones del inconsciente:

En cuanto a la interpretación que ve a los hermanos como una pareja incestuosa, es necesario analizar primero las circunstancias que favorecen esa lectura y las expresiones del narrador que nos hacen llegar a esa posible conclusión. Los personajes sienten claramente la influencia ejercida por la casa y la larga genealogía familiar que la ha habitado. Es el narrador quien dice que la casa no los ha dejado casarse, lo que expone el estado de aislamiento que les impide salir al exterior, a la sociedad, y así poder inferir que los hermanos están atrapados en la casona.

La pareja de hermanos de Casa Tomada vive aislada. Cada movimiento de uno de sus miembros es monitoreado por el otro. El afecto que se prodigan es lo que lo hace un “simple silencioso matrimonio de hermanos” y es este afecto el que sugiere una latente relación incestuosa. Todas las expresiones del narrador en los primeros dos párrafos son en plural “nos gustaba la casa…nos habituábamos Irene y yo…hacíamos la limpieza…almorzábamos a mediodía…nos resultaba grato…moriríamos…”. Luego, pasa a hablar de Irene y de la casa, porque según él “yo no tengo importancia”.

Cuando el narrador habla de Irene, lo hace con palabras tiernas (“Irene era una chica nacida para no molestar a nadie…”, justifica su tejer y retejer al decir “Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el tejido…”. Además, admira la habilidad de su hermana, como lo haría un enamorado: “mostraba una destreza maravillosa y a mí se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso”. Más adelante,  comenta la forma de dormir y soñar de su hermana. Es en este comentario donde nuevamente comienza a hablar en plural y en forma más íntima:

(Cuando Irene soñaba en alta voz yo me desvelaba en seguida. Nunca pude habituarme a esa voz de estatua o papagayo, voz que viene de los sueños y no de la garganta. Irene decía que mis sueños consistían en grandes sacudones que a veces hacían caer el cobertor. Nuestros dormitorios tenían el living de por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos oíamos respirar, toser, presentíamos el ademán que conduce a la llave del velador, los mutuos y frecuentes insomnios.

No es casual, entonces, el momento en que ocurre la “toma” de la casa. No es casual que esta ocurra de noche, porque es precisamente de noche cuando el ruido cobra mayor importancia (“…de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa”). Si unimos las ideas de los sentimientos reprimidos, los sueños y los mutuos insomnios y, por otro lado, nos remitimos a la teoría de los sueños de Sigmund Freud, veremos que la auto-censura es más débil durante el sueño, permitiendo así la comunicación entre el consciente reprimido y el inconsciente que busca la liberación. De este modo, podríamos afirmar que los ruidos son expresiones del inconsciente reprimido a punto de estallar.

Sin embargo, tras la primera “toma”, el relato nos describe cómo era la vida de los hermanos y, al margen de haber perdido algunas cosas, la situación no parece preocuparles demasiado ni alterar su forma de vida e incluso saben buscarle ventajas. Los hermanos parecen seguir viviendo en un estado de inconsciencia. Como dice el hermano al final de esa parte del relato, “Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar.” La pregunta que el lector podría hacerse es “¿dejar de pensar en qué?”

¿Por qué no asumir, entonces, que quizás los ruidos estén presentes solamente en el inconsciente de los hermanos, que es eso de lo cual no se quiere pensar, y que son estos ruidos los que empujan a los personajes fuera de la casa liberándolos de tanta represión interna? Otro punto que apoyaría la idea de una toma de conciencia por parte de los personajes es la escena final en la cual el hermano de Irene rodea la cintura con su brazo, tocando por primera vez a su hermana en el relato. Podría incluso llegar  a afirmarse que la puerta cancel es el límite entre lo posible y lo imposible, entre la represión y la liberación de los sentimientos.

 

Conclusión

          En mi opinión la interpretación que me convención más fue la de los sentimientos reprimidos en el inconsciente, ya que se relaciona mucho con los sueños y Julio Cortázar para crear el cuento se basó justamente en una pesadilla que tuvo él, en la cual la casa que se describe era con la que soñó. “Yo soñé ‘Casa tomada’. La única diferencia entre lo soñado y el cuento es que en la pesadilla yo estaba solo. Yo estaba en una casa que es exactamente la casa que se describe en el cuento, se veía con muchos detalles, y en un momento dado escuché los ruidos por el lado de la cocina y cerré la puerta y retrocedí… en ese sonido estaba el espanto total. Yo me defendía como podía, cerrando las puertas y yendo hacia atrás. Hasta que me desperté de puro espanto.", “Entonces yo me precipitaba a cerrar la puerta y a poner todos los cerrojos para dejar la amenaza de otro lado. Y entonces durante un minuto me sentí tranquilo y parecía que la pesadilla volvía a convertirse en un sueño pacífico. Pero entonces de este lado de la puerta empezó de nuevo la sensación de miedo.”, “Era pleno verano. Yo me desperté totalmente empapado por la pesadilla; era ya de mañana, me levanté, tenía la máquina de escribir en el dormitorio y esa misma mañana escribí el cuento de un tirón.”

            Por otra parte no es que las demás no tengan sentido pero, por ejemplo, la interpretación de la analogía con el peronismo, Cortázar no lo negó ni afirmó que se basaba en eso, por lo que me quedo con la mencionada en último lugar porque el propio autor dijo algo al respeto.



[1] Estas interpretaciones fueron sacadas de: https://campus.ort.edu.ar/descargar/articulos/799961/

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